domingo, 1 de marzo de 2015

No se trata sólo de jugar al Ajedrez (parte II)

No se trata sólo de jugar al Ajedrez (parte II)
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En una entrada anterior me hacía eco de la proposición no de ley presentada en el Gobierno de España (bajo el acuerdo de la mayoría de partidos políticos, cosa rara en este país) en el que pedían que se introdujera en las escuelas el Ajedrez. Formaba parte de esta propuesta un pequeño listado de justificaciones donde se enumeraban algunos de los beneficios que se le asocian (y que no negaré), pero aún así, al ser una proposición no de ley, no quedaba claro ni el QUÉ, ni el CÓMO, ni el CUANDO (vaya, nada de nada) y a raíz de esto, me planteaba una serie preguntas que me gustaría retomar para hacer una propuesta básica de cómo creo que se tendría que realizar:
  • ¿Quieren utilizar el ajedrez como fomento de la competición o como un juego?
Espero (y deseo) que lo que quieran realmente es promover el aprendizaje mediante el juego y no introducir el ajedrez como elemento para hacer campeonatos, ranquings de escuelas (o similar). Cualquier juego cuando se convierte en un elemento de superación del otro (y no superación de uno mismo) pierde todo su significado porque deja de ser satisfactorio y placentero (a menos que acabes ganando, evidentemente). Los juegos bien diseñados tienen la bondad de querer ser jugados una vez terminados, tanto si has ganado como si has perdido, y la motivación de querer seguir jugando es el poder superarse y poder poner en práctica aquello que has aprendido en partidas anteriores.

  • ¿Sólo el ajedrez sirve para potenciar estas capacidades?
Retomo las capacidades que se enumeran en la proposición para tenerlas a mano:
"Diferentes estudios han acreditado que el ajedrez introducido a temprana edad puede mejorar la capacidad de concentración de los menores, desarrollar su sentido de la creatividad, estimular su paciencia y persistencia, sus capacidades memorísticas e incluso la toma de decisiones."
No niego que el ajedrez potencie estas capacidades, se trata de un juego en el que no es el azar el que determina quien será el ganador, sino que las decisiones tomadas por cada jugar en cada movimiento son los que determinaran si tienes posibilidades de ganar o de perder, y además, para poder llegar a tomar cada una de las decisiones, se necesita concentración, paciencia, capacidad rápida de decisión, capacidad de deducción de lo que hará el otro jugador, capacidad viso-espacial (y algunas cosas más), pero retomo la pregunta, ¿sólo el ajedrez sirve? En este caso mi respuesta es contundente, no. 

Cualquier juego (de mesa o de ordenador) que no tenga como elemento principal el azar, potenciará siempre en mayor o menor medida las capacidades indicadas. ¿Y eso por qué? Por un simple motivo, cuando el azar no es el que nos hace ir más avanzados que otros (por ejemplo, en juegos como el parchís o la oca) significa que las decisiones las toma cada jugador en función de lo que se encuentra cuando le llega su turno y por tanto puede sentir que tiene control sobre el avance del juego.

  • ¿Se han planteado realmente que es lo que se quiere conseguir con el ajedrez, qué objetivos quieren alcanzar? ¿Han tenido en cuenta las competencias que se marcan en los currículums educativos para ver cómo se puede introducir correctamente?
Espero que si la propuesta avanza, tengan en cuenta las competencias marcadas en los currículums para integrarlo como una actividad que pueda servir para trabajar distintos contenidos de forma transversal y no sólo para meterlo como si de una moda se tratara (tal como deja entrever el punto 7 de esta lista de "argumentos irrefutables" por los que el ajedrez tiene que estar en el aula) o para que el alumnado haga menos ruido en clase (tal como señala la investigadora de un estudio realizado con profesores que han implantado el ajedrez en las aulas).

  • ¿Por jugar de vez en cuando al ajedrez realmente se verán aumentadas estas capacidades?
No, la respuesta es rotunda. Si no tengo habilidades para hablar en público, si muy de vez en cuando me hacen hacer exposiciones orales en clase, ¿conseguiré ser más hábil hablando en público? Está claro que no, ya que cualquier habilidad que se quiera mejorar y perfeccionar debe ser ejercitada poco a poco, puesta en práctica en distintos contextos, mediante procesos de autovaloración...

  • Si sólo se ponen en práctica estas habilidades cuando se juegue al ajedrez, pero no en otras situaciones educativas, ¿realmente el alumnado podrá ser hábil en estas capacidades?
Para dar respuesta a esta pregunta pondré un ejemplo, ¿cuántos de nosotros recuerda hoy en día la cantidad de conceptos matemáticos que nos explicaron en clase con el único objetivo de resolver una fórmula matemática? Pues lo dicho, no, las habilidades que potencia el ajedrez (y otros juegos de mesa cómo he indicado antes) no se pueden afianzar en el alumnado si no se practican en distintos contextos y se les encuentra una utilidad fuera del espacio de juego para que se puedan utilizar ante situaciones cotidianas.

  • ¿Servirá el ajedrez para trabajar competencias concretas que se establezcan en los currículums para sustituir contenidos que actualmente se trabajan de otras formas o será una actividad extra que se sumará a todo lo que se indica dentro del currículum oficial de cada Comunidad Autónoma?
Pues sinceramente, viendo cómo elaboran los currículums, creo que por desgracia será un ítem más que añadirán a la larga lista de contenidos a trabajar. Personalmente no creo que este sea el mejor método, por lo que en un tercer post, daré cuatro referencias sobre como creo que se debería realizar.

¿Qué os parece cómo estoy enfocando el tema? ¿Estáis de acuerdo o con algo diferís? Se aceptan comentarios y puntos de vista diferentes!

2 comentarios:

  1. Una cosa más para la que sirve el ajedrez, cuando se practica como un arte (cosa que, me temo, en pocas ocasiones ocurrirá si se implanta desde arriba y se ejecuta burocráticamenete) es para aprender que siempre puedes aprender del otro. El ajedrez es un juego, es un deporte, y también es un arte. Según lo que potencies más, así lo vivirás. Quizás de esas tres, la que más se desconoce es la del arte. Cuando buscas en el ajedrez un espacio de disfrute con el otro (más que utilizarlo como una competición, o para pasar el rato... o menos aún, si está impuesto porque toca en el horario) con el otro, un espacio para la belleza, se rebela una cualidad interesante.

    Hay una pauta clave cuando empiezas a jugar al ajedrez: es necesario entender que no se trata de conseguir la mejor posición de tus piezas, sino tener una posición que siempre puedas mejorar. Si te tomas eso en serio, el ajedrez se convierte en un arte que permanentemente te lleva a un deleite para el que necesitas al otro. En este momento, ya no compites contra otra él, sino que compones junto a él. Sé que suena metafísico, pero lo leí en un libro y tuve la enorme suerte de que mi padre me inculcó esa mirada por el ajedrez.

    Aunque, desde luego, esa mirada puede aplicarse a muchas actividades humanas. Supongo que, por tanto, la clave es la mirada y no el acto... En cualquier caso, gracias por la entrada.

    Alejandro Ruiz
    Iniciativas Educativas.

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    1. Hola Alejandro, te has explicado perfectamente y entiendo la sensación metafísica que explicas porque yo la he vivido en otros juegos de mesa en el que, una vez finalizada la partida, aunque hayas ganado o perdido, se te queda una sonrisa en la cara por la compenetración con los otros jugadores, por el misterio a lo largo de toda la partida por saber quien de los dos ganará porque en todo momento está reñido, por ver y reconocer jugadas maestras de los demás que interiorizas para poder utilizar en la próxima partida...

      Como dices, es un arte que sólo se consigue cuando todos los implicados juegan por jugar y disfrutan de la experiencia.

      Gracias a ti por comentar y pasearte por el blog! :D

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Muchas gracias por comentar en el blog, todas las aportaciones son bienvenidas y me ayudan a seguir adelante con ello!

Un saludo!

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