domingo, 8 de marzo de 2015

No se trata sólo de jugar al Ajedrez (parte III)

No se trata sólo de jugar al Ajedrez (parte III)
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En esta tercera entrada (y última) voy a intentar dar unos apuntes de cómo creo que se tendría que realizar la inclusión de los juegos de mesa en el sistema educativo (aquí te dejo la primera entrada y aquí la segunda, por si te quieres poner en situación antes de seguir leyendo):
  • No centrarse únicamente en el Ajedrez, sino ampliar el abanico de posibilidades a todos los juegos de mesa (incluyendo a los juegos de rol) y de ordenador  en los que el azar no sea una parte importante del juego, sino que las decisiones de los jugadores sean vitales para poder ganar. Personalmente pondría al alcance de los alumnos distintos tipos de juego para que ellos pudieran elegir, ya que, como he dicho, la finalidad no es jugar a un juego determinado sino promover ciertas habilidades y si hay distintos juegos que los pueden promover, ¿por qué centrarnos sólo en uno?
  • Utilizar la lectura de las instrucciones para verificar que todos los alumnos las comprenden correctamente (incluso se les puede pedir que las expliquen con sus palabras) de esta forma estaremos poniendo en práctica la competencia lingüística (comprensión escrita y expresión oral, además de ver una tipología de texto nueva).
  • Una vez se comprenden las reglas del juego, se deben asumir por todos los participantes, poniendo en juego así las habilidades sociales y de convivencia acordadas por todos los jugadores y que se deben respetar para el correcto funcionamiento del juego (dimensión importante dentro de la competencia social y ciudadana).
  • En el momento de jugar se ponen en práctica distintas dimensiones de la competencia para la autonomía e iniciativa personal como son la toma de decisiones (decir qué hacer en cada turno en función de la acción realizada por el resto de jugadores y del objetivo que se quiera conseguir y asumir que se pueden cometer errores) y la iniciativa y la creatividad (pensar en formas distintas en cada acción para despistar al resto de jugadores y para llegar al objetivo a lograr).
  • Ante cualquier situación (tanto si es favorable como si no), todos los participantes del juego deben saber gestionar sus emociones (poniendo en práctica la dimensión del conocimiento de sí mismo de la competencia de aprender a aprender) e incluso reconocer que otros participantes son más hábiles que uno mismo en ese juego para así poder aprender de sus técnicas y jugadas.
Como veis, con este pequeño listado se están poniendo en práctica muchos elementos presentes en las competencias básicas pero aún se puede ir más allá, ya que depende del juego se incrementan aún más las competencias trabajadas:
    • Utilizar los juegos que recrean un momento histórico concreto permiten conocer estrategias de guerra, actos y sucesos que desencadenaron ciertas guerras, momentos clave e importantes de nuestra cultura.
    • Utilizar los juegos con una fuerte base de cálculo mental y de predicción nos permite poner en práctica las competencias básicas de razonamiento matemático (juegos como el ajedrez tienen como elemento principal el cálculo mental pero hay otros juegos que también los incorporan como un elemento más a tener en cuenta dentro del juego).
    • Los juegos de rol permiten poner en práctica muchas (por no decir casi todas) las competencias presentes en el currículo: ponerte en la piel de un personaje y actuar como tal; imaginarte cada situación poniendo en práctica la imaginación; proponer soluciones creativas para salir de cada situación presentada; hablar, interactuar y sociabilizar con el resto de miembros del grupo; calcular y decidir cómo repartir los puntos de las fichas... (os recomiendo la lectura de esta propuestade esta otra y de esta otra, os aseguro que son unas ideas geniales, la primera utiliza un juego comercial y la segunda parte de un juego de rol inventado por el profesor, genial!)
    Pero además, sólo nos hemos centrado en el acto de jugar, pero, ¿y si nos convertimos en creadores de juegos? Una vez el alumnado tiene experiencia en diferentes tipos de juegos de mesa, se les puede pedir que ellos creen uno, imaginad la cantidad de posibilidades que se abren aquí:
    • Crear un equipo de trabajo cooperativo para desarrollar las distintas tareas.
    • Diseñar las dinámica del juego (parece sencillo pero no lo es, la dinámica del juego debe permitir que todos los jugadores tengan la oportunidad de ganar desde el momento en el que se sientan a jugar, así que debe existir un correcto balanceamiento).
    • Diseñar y desarrollar los elementos del juego (cartas, fichas, tablero, normas...).
    • Testear el juego para ajustarlo y comprobar que funciona correctamente.
    • Jugar al juego e incluso, dejar que los alumnos de otros cursos jueguen al juego creado por otros alumnos. ¡Imaginad un centro en el que los mayores crean juegos para los más pequeños!
    Me podría extender y profundizar mucho más en mis explicaciones, pero como habéis visto, no se trata de jugar solo a ajedrez, sino de introducir el juego dentro de clase y dejar que el alumnado sea tanto jugador como creador de juegos. ¿Por qué cerrar la puerta sólo con el ajedrez en lugar de abrir la escuela a un número mayor de posibilidades?

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