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domingo, 10 de mayo de 2015

De la información al conocimiento, estrategias docentes (parte III)

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En anteriores posts hemos visto que tener en cuenta el SARA y la amígdala de los alumnos es muy importante para permitir que la información que proviene del exterior pueda pasar las barreras cerebrales y tenga la oportunidad de transformarse en conocimiento, por eso es necesario crear entornos positivos para facilitar el aprendizaje, promoviendo bajos niveles de estrés y utilizando el mayor número de sentidos posibles.

El tercer elemento que conforma esta tríada es la dopamina. La dopamina es uno de los neurotransmisores que existe en el cerebro y es producida cuando se está viviendo una experiencia agradable. Ante la expectativa de revivir una situación agradable similar a la que en su momento nos hizo producir dopamina, el cerebro vuelve a producir dopamina por el simple hecho de estar a la expectativa, eso significa que si promovemos situaciones agradables para el alumnado para transmitir la información, las siguientes veces será más fácil captar su atención ante la expectativa que tendrán hacia las experiencias previas.


Por ejemplo, para el aprendizaje de las conjugaciones de un verbo, en lugar de dar el listado para que el alumnado lo memorice, si creamos entre todos una canción que les ayude a memorizar o les pides que hagan frases con cada tiempo verbal y las representen esto les generará dopamina porque les hará pasar un buen rato (y a la vez hacer algo distinto). Esto hará que la próxima vez que tengan que repasar las conjugaciones verbales, su cerebro genere dopamina ante la expectativa de una experiencia positiva.

La dopamina, junto a otros neurotransmisores, favorece el riego sanguíneo del cerebro haciendo que esté más oxigenado y tenga más glucosa, aumentando el foco de atención ante la situación deseada, promoviendo así un aumento de la consolidación y almacenamiento de la nueva información ya que el cerebro se encuentra lleno de energía. Por contra, cuando hay falta de dopamina porque el alumnado no está interesado en el tema a trabajar (se aburre en clase) o tiene un exceso de dopamina porque está muy ansioso por hacer algo, el aprendizaje será más difícil que se produzca.

Para favorecer que la información se transforme en concomiendo, debemos hacer que la dopamina se libere en la correcta medida, algunas de las acciones que nos puedes ayudar son:
  • Introducir movimiento físico durante las sesiones de clase en lugar de estar horas sentados en los pupitres.
  • Establecer conexiones entre el contenido y los intereses personales para que le sea al alumnado más fácil encontrar una utilidad educativa a sus intereses.
  • Promover el contacto social, el cerebro es social por naturaleza, si promovemos actividades cooperativas el aprendizaje podrá ser más permanente que si solo se trabaja individualmente (el altruismo es una de las actividades que mayor dopamina genera en el cerebro ya que cuando tenemos buenas conductas hacia los otros, el primero en premiarse con la generación de dopamina, es nuestro propio cerebro).
  • Incorporar música en las sesiones, ya sea mientras los alumnos trabajen o como parte elemental de las actividades que hagan.
  • Incorporar momentos de novedad, tanto para ti como para tus alumnos os irá bien salir de la rutina, por ejemplo con juegos, con humor... El aprendizaje no está reñido con estos aspectos, no hagas tus clases siempre iguales.
  • Dejar que el alumnado tome la iniciativa durante sus aprendizajes, por ejemplo dejar abierta la forma en cómo presentar y desarrollar una actividad.
  • Felicitar al alumnado por el trabajo realizado utilizando valoraciones en positivo que los animen a ir más allá.
Normalmente cómo está el nivel de dopamina de vuestros alumnos? ¿Tenéis en cuenta alguna de estas acciones?

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